Huevos frescos España

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Huevos frescos España – Avicola Samper , lleva más de 30 años dedicándose al sector, consiguiendo satisfacer las necesidades de todos sus clientes gracias a un producto de calidad y ofreciendo un trato personalizado a cada cliente. Nuestro trabajo es ofrecer siempre el mejor producto de la mejor calidad posible y lo más importante, al mejor precio de mercado. Somos una empresa muy activa y potente tanto a nivel nacional como internacional.

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¡ Tenemos más de 1000 clientes en toda ESPAÑA , situados en Galicia, Toledo, Madrid, Andalucía, Mallorca entre otros tantos ! No importa donde este su negocio, sea grande o pequeño, simplemente contacte con nuestra empresa y , » Avicola Samper – huevos frescos españa » se pondrán en contacto con usted uno de nuestros comerciales sin ningún tipo de compromiso.

¡ Los huevos más frescos ! es uno de nuestros slogans, ya que nuestro deseo es ofrecer el producto más fresco posible al cliente. Nuestra zona de reparto es muy fuerte en la Comunidad Valenciana, Alicante, Murcia y la Vega Baja con posibilidad de transportar gran tonelaje de cajas de huevos a cualquier parte del territorio Español, incluidos Canarias, Ceuta y Melilla e Islas Baleares.

Nuestro punto fuertes son: calidad de producto, puntualidad, seriedad, profesionalidad, y una rápida expansión tanto nacional como internacional que ha permitido que nuestro producto llegue cada día tanto a pequeños como grandes superficies.

Si está buscando huevos frescos de calidad de todas las clases, tanto XL, como L, M, S, de granel o estuchado Avicola Samper es la empresa adecuada para Usted.

¿ Como saber si los huevos son frescos ?

huevo

Todos compramos huevos y generalmente cuando lo hacemos en un supermercado o en grandes superficies, podemos comprobar, gracias a su numeración, cuándo han sido puestos y cuál es la fecha de caducidad que poseen.

La explicación es sencilla, conforme pasan los días, parte del agua que está en el interior del huevo se va evaporando a través de los microporos existentes en la cáscara, este hecho hace que aumente la cámara de aire del interior del huevo, a mayor cantidad de aire, más flota y más días han transcurrido desde su puesta.

Otro truco es cuando cocemos un huevo, la yema siempre debe ocupar la parte central de éste cuando es fresco, cuanto más viejo es el huevo, la yema se presenta más ladeada. Finalmente, el otro truco que conocemos es cuando cascamos el huevo para hacerlo frito, si la clara se dispersa demasiado es un signo inequívoco de que no es fresco.

En una ocasión pudimos decirle al que criaba las gallinas ponedoras que nos vende huevos, que nos había dado gato por liebre, desde entonces ya no ha habido ningún problema y podemos certificar que consumimos huevos bien frescos.

Manejo del huevo en la cocina

Unas simples medidas de higiene personal, como lavarse las manos con abundante agua tibia y jabón, basta para eliminar los microorganismos que puedan estar en la piel y evita que en la preparación de los alimentos las manos puedan trasladar la contaminación de unos a otros.
Para la utilización de huevos frescos en la cocina es recomendable:
• Comprobar que no se ha superado la fecha de consumo preferente impresa en el envase.
• No dejar los huevos, ni los alimentos que contengan huevo, más de dos horas a temperatura ambiente, especialmente en épocas de calor.
• Sacar los huevos del frigorífico justo antes de su utilización y únicamente los que se estimen necesarios para el plato que se vaya a elaborar.
• Desechar siempre huevos con olores y/o sabores extraños, mohos en la cáscara o aspecto anormal. Utilizar sólo los huevos con la cáscara intacta y limpia.
• Es conveniente lavar los huevos con agua justo antes de su utilización.
• Los huevos más frescos y sin defectos podemos utilizarlos para alimentos cocinados a menor temperatura: tortillas, huevos pasados por agua, salsas, etc.
• Los huevos cercanos a la fecha de consumo preferente, de cáscara débil, no completamente limpia o con fisuras debemos cocinarlos a temperaturas que garanticen la eliminación de patógenos.
• Si en el interior del huevo aparece alguna pequeña mancha de sangre, ésta no supone ningún riesgo para la seguridad. Puede retirarse con un cuchillo limpio antes de utilizar el huevo con normalidad. Tampoco
supone problema la presencia de «nubes» en la clara, que suelen estar más bien relacionadas con una mayor frescura del huevo.
• Volver a guardar cuanto antes en el frigorífico aquellos huevos que no se vayan a utilizar.
• Lavarse las manos antes y después de la utilización de los huevos frescos.
• Las superficies, recipientes, utensilios y equipos de trabajo que se utilicen para elaborar productos con huevo crudo deben mantenerse limpios antes y después de cada uso. No deben ser utilizados para la manipulación de esos mismos alimentos una vez cocinados, a no ser que se haya realizado una correcta limpieza y desinfección de los mismos. Evitar el uso de equipos y utensilios deteriorados, porque pueden albergar microorganismos.
• Evitar cascar el huevo en el borde de los recipientes donde se vaya a batir o que contengan otros alimentos. El recipiente de batido debe emplearse únicamente para esta operación.
• No separar nunca las claras de las yemas con la propia cáscara del huevo.
• Cuajar bien las tortillas o preparados con huevos poco hechos (revueltos) y mantenerlos en refrigeración si no se consumen tras su elaboración.
• En la hostelería y restauración colectiva usar huevo fresco sólo si al cocinar el alimento alcanza una temperatura en su interior de al menos 75°C. Si no alcanza esta temperatura, es obligatorio sustituir el huevo por ovoproductos pasteurizados. Es recomendable disponer de un termómetro de cocina para estos casos.
• Preparar la salsa mayonesa con la máxima higiene y consérvarla en el frigorífico hasta su consumo. Es conveniente emplear un chorrito de vinagre o limón en su elaboración, que facilita su conservación.
• Separar los alimentos crudos de los alimentos cocinados. Si no es posible una separación física, al menos hacer una separación en el tiempo, manipulando unos alimentos en diferente momento que los otros y realizando una limpieza a fondo entre unos y otros.
• Evitar que productos elaborados como tortillas, mayonesas o salsas y cremas a base de huevos entren en contacto con el huevo fresco sin procesar, con otros alimentos crudos o con materiales de cocina (recipientes, cubiertos) que hayan estado en contacto con ellos y puedan ser portadores de contaminación.
• Conservar siempre en el frigorífico los pasteles, natillas, salsas con huevo, y consumirlos en las 24 horas siguientes a su elaboración.
• Los procesos de elaboración deben ser continuos, evitando demoras entre la preparación de materias primas y su posterior cocinado, por ejemplo desde batido del huevo hasta que se pone en la sartén para elaborar la tortilla.
• Preparar con la mínima antelación posible los platos con mayonesa, huevo crudo o cocinado a bajas temperaturas. En hostelería y restauración colectiva la elaboración de mayonesas, salsas y cremas de elaboración propia sólo se puede hacer empleando ovoprductos pasteurizados, y con la condición de conservar los platos elaborados a una temperatura máxima de 8°C y consumirlos en las 24 horas siguientes a la preparación.
• Si usamos mayonesa industrial, una vez abierta deben tomarse las mismas precauciones que con cualquier alimento perecedero (refrigerar y evitar contaminaciones cruzadas).
• Una vez elaborados los alimentos pueden conservarse en caliente o en frío. Si se hace en caliente debe ser a temperatura supe rior a 65°C . En frío los alimentos de consumo inmediato con una duración de menos de 24 horas- deben mantenerse a una temperatura inferior a 8°C. Los platos preparados o platos precocinados que no sean para su consumo inmediato con una duración mayor a 24 horas deben conservarse a una temperatura inferior a 4°C. Otro riesgo a tener en cuenta en la manipulación de los alimentos en la cocina es la contaminación cruzada, proceso por el que se produce la transmisión de microorganismos de un alimento a otro. La contaminación cruzada directa ocurre cuando un alimento contaminado entra en contacto directo con uno que no lo está. La indirecta se produce a través de manipuladores, equipos, instalaciones o utensilios que sirven de transmisores indirectos del microorganismo. Es especialmente peligrosa cuando se produce desde alimentos crudos a alimentos ya elaborados. En este caso, los posibles patógenos se encuentran con muy pocas barreras y pueden multiplicarse si se dan las condiciones adecuadas (sobre todo, al producirse la rotura de la cadena de frío). Por este motivo, todas las superficies que pueden entrar en contacto con los alimentos crudos deben ser limpiadas y desinfectadas de forma eficiente. En los alimentos elaborados el riesgo es menor, sobre todo si han sido tratados por el calor, ya que el riesgo de contaminación por los microorganismos de alteración es mínima. Finalmente, la conservación es otro de los pilares básicos de la seguridad en la cocina. Si queremos refrigerar los alimentos preparados, debemos hacerlo lo más rápidamente posible mediante el uso de envases, películas plásticas autoadhesivas o papel de aluminio, para impedir la contaminación cruzada en el interior del frigorífico entre los alimentos crudos y los ya elaborados. Conservar cada alimento en las condiciones de temperatura y tiempo adecuadas es esencial para que esta fase del proceso no suponga riesgos innecesarios.

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